Descubre: El Pozol Chiapaneco
Descubre: El Pozol Chiapaneco

El Pozol una bebida de origen prehispánico que forma parte del gran repertorio y riqueza de nuestras bebidas típicas mexicanas. Se prepara a base de maíz y cacao que se elabora de manera artesanal y se consume principalmente en el sureste del país. Es una excelente fuente de energía, proteínas, fibra y calcio. Se lleva preparando por generaciones al sur de la República Mexicana. El municipio de Chiapa de Corzo es uno de sus mayores exponentes, siendo el hogar de “pozoleras” de gran reconocimiento en el estado.

Pero en si, ¿de que esta hecho el pozol?
La preparación comienza con la nixtamalización del maíz, para lo cual las pozoleras de Chiapa de Corzo emplean maíz blanco criollo; mientras que en la región de Los Altos tradicionalmente se emplea el amarillo y los maíces azules o rojos para alguna celebración especial.
El maíz blanco es la base del pozol blanco y de todas las demás variaciones que existen de la bebida en Chiapa de Corzo. El maíz nixtamalizado se lava y se muele para posteriormente realizar una preparación especial correspondiente al sabor que deseas darle.
Posteriormente las señoras se trasladan al puesto en donde ofrecen el pozol. Por lo general, venden también empanadas de quesillo o carne; tacos de cochito o de algún otro guisado; tostadas con pollo o carne, y dulces típicos como el turulete (galleta a base de maíz, mantequilla y azúcar), el puxinú (dulce a base de palomitas de maíz con piloncillo), los gaznates (dulce de pasta de harina de trigo de forma cilíndrica y rellena de merengue), los nuegados (panecillos fritos glaseados y decorados con azúcar) y el coquito (dulce de coco con azúcar).

Entre las versiones de pozol el más popular es el pozol de cacao. Se muele el cacao tostado antes de moler la masa, para que los residuos queden en el molino y le den un tinte café a la masa blanca. En el tostado del cacao se define el sabor dulce o amargo de cada pozol. Finalmente, se combina el cacao, la canela y la masa para crear una pasta que se diluye en agua con azúcar. Se pone en una olla y se agarra la jícara para hacer un bombeo, este proceso de oxigenación hace que el cacao libere sus aromas y sabores.

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